La balanza de Osiris

«And If I just mind wake up alone…»

-Entonces… ¿Comprendes que no luchar por mí te desgastará hasta que te consideres derrotado antes de empezar? ¿Y qué si luchas, serás rechazado y derrotado? ¿Por qué no me olvidas antes, si quiera, de querer recordarme?

-Ante una pérdida inminente… ¿No es lo habitual intentar obtener la derrota menos dañina?

-¿Qué vas a hacer, pues?

– Dado que luchar hasta el final es malgastar fuerzas y prolongar la derrota, lo conveniente es reagrupar al contingente y lanzar un ataque, directo a tu corazón.

-¿Y cuando mi cabeza te rechace y seas derrotado?

-No importará. Pues a esas alturas seré imbatible si me muevo rápido y evito una emboscada.

-Pero habrás perdido la batalla.

-Tú misma has dicho que la batalla está perdida antes de empezar. Una batalla perdida no implica perder un frente. Un frente perdido no implica perder la guerra.

-¿Sufrirá tu corazón?

-El peso de su importancia a la hora de decidir la estrategia debe ser menor que el de una pluma. De lo contrario, seré masacrado.

-No me has respondido.

-Ya sabes la respuesta. Eres tú la que me está obligando a movilizar a las tropas.